MIS ENTREVISTAS

viernes, 17 de julio de 2009

COMICS GAYS





Cómic gay masculino .


Touko Laaksonen comenzó el año 1957 publicando unos sensuales dibujos en la revista americana Physique Pictorial. Para no tener problemas con su país de origen firmaba bajo el seudónimo de Tom de Finlandia. Rápidamente, llamó la atención del público gay a la que le dedicó sus primeros álbumes, aparecidos en el año 1973. Fue un artista pionero en América que revoluciono la imagen de la masculinidad desde una óptica gay.


El cómic gay tuvo su momento de auge en los años 70 y 80 como movimiento contracultural, formando parte de la revolución social de ese momento. Los pocos medios que se necesitaban para su creación y difusión le convirtieron en una inflamable vía de propagación de pensamientos más libres. Así, en la transición española, aparecieron varios creadores relacionados con la movida madrileña. En esa época encontramos a Carlos Berlanga (integrante del grupo Alaska y Dinarama), con su historieta Olga Zana, sobre la burguesía corrupta, aunque sobretodo hay que hablar de Nazario y de su obra Anarcoma (La Cúpula, 1983). Se trata de un cómic de culto sobre una transexual, no operada, que se convierte en detective. El autor impregna la obra del ambiente canalla de la Barcelona de los años 70. Además, una de sus ilustraciones fue utilizada, sin su consentimiento, como portada de un disco de Lou Reed, lo que prueba la estrecha relación en esos momentos del cómic con la vanguardia artística


En la última década el cómic gay abandona su lado subversivo para convertirse en un producto más del incipiente mercado rosa (negocios pensados para un consumidor gay) desactivándole de su carácter transgresor. El alemán Ralf König (Soest, 8 de agosto de 1960) es el antes y el después del cómic LGTB en Europa. Responsable en parte de acercar los cómics gays a la cultura popular, ya que sus historietas son tremendamente divertidas y amenas para todos los públicos adultos. Sus obras El hombre más deseado (1987), El condón asesino (1989), Como conejos (2003) y Lisístrata (1987) han sido llevadas al cine (esta última con producción española, corriendo suertes diferentes)


Por su parte, en EE.UU. destaca Howard Cruse con Wendel (1985), aunque su obra culminante es Mundos diferentes (Stuck Rubber Baby, 1995), ganadora de los premios Eisner y Harvey. La historieta narra el despertar personal, social y político de un joven gay en un pueblo sureño de los Estados Unidos, en donde reina el Ku Kux Klan. Cruse plantea no sólo el problema de la homofobia, sino también la del racismo y la de cualquier tipo de intolerancia. Una obra más reciente es Los chicos de la acera de enfrente (La Cúpula, 2005) de Robert Kirby.


En España, encontramos cómics recopilatorios como la revista Claro que sí Cómics (Ed. la Cúpula, 2005-07), que dejó de editarse en invierno del 2007, y la más reciente Gay Tales (Ed. David Cantero, 2008), en las que las historietas están más cercanas a la comedia fría y el erotismo.


El cómic gay actualmente intenta salir del ghetto para dirigirse con propiedad a la cultura general. Aun así encontramos excepciones que llevan el cómic gay más allá, estableciendo nuevas tipologías, como por ejemplo, la adoración del pie masculino en la obra del español Álvaro Dobladez titulada Urko: Íntimo ritual de la adoración nocturna, con una ambientación oscura y gótica y textos de clara inspiración bíblica. Desgraciadamente este cómic fue rechazado por las grandes editoriales tachándolo de poco comercial y actualmente solo se puede adquirir en algún sex-shop como artículo relacionado con el fetichismo, o mediante compra directa al autor. La que sí llegó a publicarse es Manuel no está solo (2005) de Rodrigo, una historia de amor no correspondido vista desde una óptica intimista, con una rica propuesta estética que pasa del hiperrealismo al expresionismo, incluso al surrealismo